viernes, 9 de septiembre de 2011

La Delgaez Que Enferma

Muchas son las mujeres que literalmente dejan de comer para bajar esos kilos demás, sin medir las consecuencias para su salud.

¿Qué trastornos puede acarrear esta conducta?


Los TRASNTORNOS ALIMENTARIOS están a la orden del día, algunos más que otros. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de estas patologías?
La anorexia y la bulimia son dos de los más frecuentes, sobre todo en mujeres adolescentes y adultas jóvenes ya que son quienes más se presionan para estar delgadas.

Según estadísticas de la Renfrew Center Foundation de Filadelfia en Estados Unidos, en ese país, uno de cada cinco adultos lucha contra algún tipo de trastorno alimentario y más de 25 millones de hombres y mujeres sufren patologías de ese tipo. En España, el 85% de los enfermos tiene más de 18 años. El promedio de edad de los pacientes es de
30 años, pero los hay de 40 y hasta de 60 años. En este tipo de casos se habla de anorexia o bulimia crónica.

¿Qué es la anorexia? Esta patología obsesiva refleja tanto un grave problema en la conducta alimentaria como en la psicológica. La consecuencia mediata es la perdida de peso que puede llevar  a una desnutrición grave. Una persona anoréxica deja de comer de forma voluntaria pero no lo entiende como un síntoma de ninguna enfermedad. Se la considera una enfermedad grave ya que en casos más severos puede llegar a la inanición y pérdida de vida (“dejarse morir de hambre”, literalmente).

Casi la mitad de las personas que en algún momento de su vida tuvieron anorexia, con los años pueden llegar a desarrollar bulimia.
¿Qué es la bulimia? Es más habitual en adultos que en jóvenes adolescentes, ya que suele ser un remanente de alguna patología anterior. La característica principal es la obsesión  con tener un cuerpo delgado a pesar de las conductas compulsivas en las que se ingieren grandes cantidades de alimentos de cualquier tipo en muy poco tiempo. Una vez terminado el “atracón” surge la culpa que lleva a tomar decisiones compensatorias como vómitos, ayunos prolongados, excesivo uso de laxantes  o diuréticos, incluso incremento de la práctica deportiva.

En los últimos años se notó un aumento constante en la gente adulta, mujeres en su mayoría pero también hombres. En ellos a diferencia de los jóvenes, sí hay una conciencia de enfermedad, pero les es mucho más difícil combatirla.

A diferencia de la anorexia, las manifestaciones físicas de la bulimia son menos evidentes, pero los riesgos y las consecuencias son iguales. ¿Cómo identificar la bulimia? Por la gravedad de las secuelas como: desequilibrios electrónicos (disminución en sangre de sodio y/o potasio), esofaguitos por reflujos, causada por los constantes vómitos, entre otros. En muchos casos pueden aparecer síntomas de ansiedad e ingerir ansiolíticos en exceso para revertir la situación.

A pesar de todo, es posible recuperarse. La rapidez del tratamiento es uno de los factores determinantes. Quienes lo reciben en las primeras fases del trastorno, tendrán una recuperación más exitosa. Es muy importante que los profesionales y los familiares actúen entre sí.

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