Luego de la boda, la mayoría de mujeres y hombres tienden a subir de peso y a descuidar su apariencia física. Sin embargo las mujeres son las que más aumentan de peso luego de convertirse en esposas.
Los hombres, a diferencia del sexo femenino, ganan algunos kilos extra tras el divorcio. Se estima que los kilos de más se deben a que luego de casarse, la vida sexual de la mujer es menos satisfactoria y muchas veces deben ser trabajadoras, madres y amas de casa a la vez, por lo que tienen menos tiempo para ellas mismas y para realizar ejercicios.
Lo que este aumento de peso –post matrimonio- tiene en común entre ambos sexos es que posiblemente se debe al shock emocional que ocasiona el cambio del estilo de vida, de solteros a casados.
Las mujeres se dejan llevar por la “rutina de casadas” luego de establecer una relación formal y de matrimonio. Para los hombres, perder a su pareja o el divorcio es lo que hace que su peso aumente.
El tener que preocuparse por otros y no recibir suficiente apoyo emocional hace que las mujeres ganemos peso y también puede ocasionar la infidelidad por parte de tu pareja. Nos sacrificamos por la familia y nos olvidamos de nosotras mismas y esto es un error.
Lo ideal es intentar mantener un balance entre tus actividades laborales, de madre y esposa y que intentes encontrar un tiempo para ti sola y para cuidarte. Empieza a comer sanamente y a practicar ejercicios como el yoga, que además de relajarte, te ayudarán a perder peso.
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